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sábado, 6 de abril de 2013

Llega la hora de comprar y decidir si nos interesa o no un phablet

Hoy día a la hora de adquirir un terminal hemos de valorar muchos aspectos. Hay multitud de posibilidades donde elegir y a todas ellas viene a sumarse ahora una nueva categoría, los llamados phablets. Terminales a medio camino entre teléfonos móviles y tabletas que a no todo el mundo convencen por igual, pues buscan un tipo de usuario muy concreto. Así pues llega la hora de decidir y desde aquí intentaremos ver cuales son los pros y los contras de elegir un phablet.





Hoy día a la hora de plantearnos la compra de un terminal hemos de tener en cuenta muchos factores. En primer lugar y antes de nada, buscar un teléfono que se adecue a nuestras necesidades, algo que a la larga va a repercutir positivamente en nuestro bolsillo. Y es que el tema económico es también algo fundamental, junto con otros factores como son el tenga un aspecto que nos guste o posea alguna característica que valoremos especialmente. Estos eran los parámetros que hasta hace no mucho tiempo debíamos considerar y a ellos se viene a sumar ahora del del tamaño.
¿Queremos un terminal grande o pequeño? Por pequeño hablamos de pantallas que pueden rondar las cuatro pulgadas y fácilmente sobrepasarlas. Y es que la llegada del Samsung Galaxy Note trajo consigo el arribar de una nueva categoría de terminales que hemos venido en denominar phablets. Con esta definición hemos dado en llamar a terminales cuyas medidas superan las cinco pulgadas, llegando en algunos casos a las seis pulgadas. Esta nueva categoría ha hecho que muchos de los nuevos terminales de los llamados estándar, aumenten así su tamaño de pantalla hasta las cinco pulgadas, como es el caso del Samsung Galaxy S 4 o el Sony Xperia Z.
Para muchos usuarios el tamaño que ofrecen este tipo de terminales resulta exagerado, mientras que otros sin embargo gustan de pantallas de gran diagonal que les permita disfrutar del contenido de forma clara y nítida. Vamos a ver aquí los puntos a favor que tienen los denominados phablets y como no, sus aspectos negativos.

Quiero un phablet porque…





Pues entre otros motivos uno que salta a la vista, pues visionar cualquier vídeo o contenido multimedia en una pantalla como la de un Samsung Galaxy Note II o un LG Optimus G Pro no tiene parangón. He sido y soy usuario de un Samsung Galaxy Note II y puedo asegurar en en términos globales es el mejor teléfono que ha pasado por mis manos.
El gestionar el contenido en una pantalla de grandes dimensiones es todo un placer para la vista. Algunos argumentarán que no se puede acceder a todos los rincones de la pantalla con una sola mano y es cierto, pero en parte, pues una vez que el usuario se acostumbra, su uso es totalmente natural.
Al tener un tamaño mayor, la batería también posee una mayor capacidad y por lo tanto la autonomía de nuestro terminal crece de forma exponencial. De todos los terminales que he probado, solo el Samsung Galaxy Note II es capaz de aguantar casi dos días con una sola carga de batería, algo inaudito para los tiempos que corren donde el cargador es el amigo cada noche a la hora de irse a dormir.
Las posibilidades que ofrece, si el fabricante se decide a implementarlas, son enormes. En el caso del dispositivo coreano, la inclusión del S-Pen ha supuesto un gran impulso y el rejuvenecimiento de un accesorio que muchos daban por muerto. Poder escribir, dibujar o pasar contenido sin tocar la pantalla se convierte en una gran experiencia, no carente, no obstante, de una curva de aprendizaje.

No me interesa comprar un phablet




El tamaño y el peso, que en este caso, y pese a lo que se suele decir, si importan. Un gran tamaño que para muchos y de forma comprensible puede resultar incomodo. Antes de la llegada del iPhone y de las pantallas táctiles, los terminales se encaminaban a la miniaturización. Con este hecho, la tendencia cambio de forma opuesta, ahí tenemos el ZTE Grand Memo, y para muchos usuarios terminales de este tamaño suponen un problema. Debemos olvidar el guardarlos en los bolsillos del pantalón o en cualquier pequeño hueco. Además el peso que tienen, superior al de la media, aunque comedido para su tamaño, no pasa desapercibido.
El precio es otro factor que no podemos pasar por alto. Normalmente se trata de terminales de alta gama cuyos precios rondan o sobrepasan los 600 euros, cifras prohibitivas máxime en los tiempos que corren.
Por último y quizás el principal motivo. A no ser que se trate de amantes de la tecnología deseosos de probar cualquier gadget, si este tipo de terminales no es lo que se necesita sobra su compra. Si se busca un móvil con el que llamar, acceder a redes sociales, clientes de mensajería y tomar algunas fotos decentes, el pahblet es a todas luces innecesario, pudiendo elegir otro terminal más modesto y más acorde con nuestras necesidades.
El sector de los phablets ha experimentado, no obstante y pese a estar destinado a un mercado reducido, un gran crecimiento y nuevos terminales siguen apareciendo. Junto al citado Samsung Galaxy Note II o el ZTE Grand Memo encontramos otros como el Huawei Ascend D Mate o el LG Optimus G Pro. Todos ellos pasan de las 5,5 pulgadas e incluso de las 6 pulgadas y poseen características parecidas. Ya es el comprador el que tiene que valorar que es lo que necesita y cuales son las posibilidades que ofrece el mercado.

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